Sit tibi terra levis, Edu

      Comentarios desactivados en Sit tibi terra levis, Edu

Nos ha dejado Eduardo, nuestro Edu.

Esta es una de esas brutales injusticias que la vida y la muerte nos deparan.

Se ha ido en su plena madurez. Un hombre justo, bueno, solidario, trabajador, defensor a ultranza de sus compañeras, de sus congéneres, de la raza humana, del planeta y de todas las causas que mal se llaman “perdidas”.

No es exageración ninguna, porque su enorme corazón podía con todo eso y algo más. Quien lo haya conocido, lo sabe.

Siempre tenía tiempo para escuchar cualquier problema que le planteara cualquiera. Y se ocupaba y se preocupaba en solucionarlo como si fuera suyo.  Y nos hacía partícipes a los demás en la tarea. Y si se nos escapaba algo importante o no acabábamos de entenderlo bien, nos lo explicaba con paciencia infinita.

Dotado de una inteligencia y memoria excepcional, era un seguro de vida para quienes compartíamos con él el trabajo sindical. Daba igual el asunto, por complicado o espinoso que fuera: presupuestos, RPT, normativa interna, acuerdos con la Universidad… siempre tenía el dato preciso y la visión más certera sobre cómo abordarlo.

Siempre buscaba la mejor argumentación para convencer a la otra parte. Porque creía en la fuerza de la razón y de la palabra. Ese es un mérito suyo reconocido públicamente también por quienes tuvieron que enfrentarse dialécticamente a él en mesas y órganos negociadores de la Universidad.

Era conciliador y buscaba el acuerdo, sí, pero ni se achantaba ni retrocedía cuando creía que la justicia estaba de su parte. Nunca le faltó vehemencia. Más de una vez tuvimos que refrenarlo. Incluso, dicho sea de paso, cuando ya habíamos conseguido el objetivo que perseguíamos.

Anarquista de obra y convicción, fue un luchador incansable por la justicia social y por otro mundo posible. Y quienes tuvimos la inmensa suerte de conocerlo, pudimos comprobar que así es.

Gracias, Eduardo, por el trabajo de una vida para construirlo, día a día, todos los días. Hoy esta utopía está un poquito más cerca gracias a ti. Cogemos tu testigo y seguimos, sin reblar.

Porque fuiste, seremos.

Que la tierra te sea leve, Edu.