La sesión de ayer quedó en casi nada en cuanto a decisiones, pero fue muy interesante en deliberaciones.
Como sabréis, tras la Comisión técnica de análisis de la RPT surgió, como resultado principal apoyado por todos los sindicatos y Gerencia, la introducción del grupo B en la Universidad de Zaragoza.
Dado que, a estas alturas, solo queda un Consejo de Gobierno antes de las elecciones al Rectorado (el 4 de marzo), el Gerente, que ya está “en funciones”, indicó que solo llevaría esta inclusión del grupo B si en la Mesa de PTGAS las secciones sindicales, por unanimidad, ratificaban lo decidido por la Comisión.
No obstante, con posterioridad, amplió esa exigencia no solo a lo recomendado por la Comisión, sino también a todas las modificaciones aprobadas por él tras los informes preceptivos (que no vinculantes) de la Inspección General de Servicios. Todo en el mismo plato de lentejas: o las tomas o las dejas.
CGT, en primer lugar, ha hecho notar lo poco democrático de esa exigencia de unanimidad, por decirlo suavemente. Tal requisito ignora y pervierte el funcionamiento de las mesas de negociación, cuya composición y mayorías en la parte social reflejan el resultado de su audiencia electoral.
Además, hemos anunciado que no íbamos a entrar en la discusión de las modificaciones concretas si no teníamos seguridad de que la implantación del grupo B se iba a negociar por separado. Lo presentado por Gerencia en la reunión de ayer es un suma y sigue de modificaciones de puestos y subidas de niveles y complementos específicos en grupos altos.
No hay nada que afecte sustancialmente al subgrupo C2, por ejemplo. Aunque todos sabemos que los puestos básicos de la Universidad suman más del 35% de la plantilla, que son los que hacen funcionar esta casa hasta horarios “exageradamente nocturnos” (comparémonos con otras Universidades europeas del entorno, por ejemplo) y que, aunque hayan cambiado sus funciones y la forma de desarrollarlas desde hace varios lustros, la cuantía de sus complementos específicos está congelada en unas cuantías rídiculas desde los tiempos de “Ice Age” (la primera) y presentan entre sí unas diferencias difícilmente comprensibles.
Es decir: lo de siempre. Este tipo de propuestas hace tiempo que no cuentan con el voto afirmativo de CGT ni tampoco con el unánime de la parte social, así que admitir el “trágala” suponía, con seguridad, el fracaso de la posible inclusión del grupo B en el PTGAS.
Receso de por medio, y tras conversación entre todos los sindicatos con representación en la Mesa, se confirmó que el “decreto ómnibus” no iba a salir por unanimidad y así se le comunicó a Gerencia. No obstante, también quedó claro que la parte social quiere negociar la implantación del grupo B en la RPT.
Pero dos no bailan si uno no quiere. Si Gerencia quiere sacar adelante esta medida, que, por cierto, aparecía en el último programa electoral del rector Mayoral, tendrá que desgajarla del conjunto. El día 13, fecha de la próxima MSPTGAS, saldremos de dudas.
Hasta aquí lo que pasó ayer.
Ahora CGT quiere elaborar una propuesta coherente y alternativa a la que trajo Gerencia.
La suya consiste en modificar aquellos puestos de Técnicos Especialistas del SICUZ, SAIS y Laboratorios que recogen en la RPT actual una titulación de FP2 como mérito preferente, en puestos duales B/C1.
Nosotras proponemos que todos esos puestos, y también los que se han quedado fuera de ese criterio, a nuestro juicio arbitrario, se conviertan en grupo B, sin dualidad, con garantía de que quien sea C1 y no obtenga la titulación se quedará allí “a extinguir” mediante la fórmula que se considere más adecuada legalmente y así se haga constar en la Resolución rectoral que apruebe esta modificación
También proponemos que, tan pronto como el ocupante de una de esas plazas obtenga la titulación correspondiente, pueda optar a la promoción en el mismo puesto, sin necesidad de que exista vacante.
Para el caso de que una persona C1 ocupe un puesto B, creemos necesario que deberá ser considerada su particularidad en los concursos de traslados que se convoquen en el futuro, para permitirle la movilidad a la que tiene derecho como funcionario de carrera.
Por último, consideramos que esta configuración, dada la edad de la plantilla, garantiza una vía de acceso para perfiles profesionales especializados que no están ligados al trillado camino bachiller-grado universitario, fomenta la renovación generacional y abre una posibilidad de empleo público para una clase de titulaciones que ya se contemplan en otras administraciones y todavía no en Unizar.