8M 2025. Desmontando mitos (II): No existen trabajos feminizados en la Administración

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Mito: En el sector público no existen trabajos feminizados, la igualdad de oportunidades hace que tanto hombres como mujeres puedan ocupar los mismos puestos.

La realidad: En el sector público existen trabajos feminizados, que suelen estar relacionados con el cuidado de la salud, la educación, los servicios sociales, la enfermería, la secretaría y el trabajo doméstico, todos ellos asociados a unos estereotipos que perpetúan la desigualdad de género.

Las realidades de estos sectores muestran cómo las relaciones laborales son cada vez más precarizantes, con una fuerte presencia de la temporalidad y parcialidad, empleos con altos riesgos psicosociales y unos salarios congelados que no ha hecho más que empeorar la vida laboral y personal que sufren en su mayor parte las mujeres.

Si a ello añadimos que en la administración pública, además, se produce externalización de este tipo de servicios (limpieza, ayuda de atención domiciliaria, etc), se empeoran aún más las condiciones laborales y salariales de estas trabajadoras, haciendo que la subcontratación de la fuerza de trabajo sirva solo para aumentar la rentabilidad y los beneficios de esas empresas.

Hay que reivindicar mayor reconocimiento y valoración de los campos feminizados, o al menos un trato más igualitario entre titulaciones, profesiones y puestos de trabajo.

La otra cara de las profesiones feminizadas, más allá del reconocimiento social, es la peor remuneración si se compara con aquellas que acaparan los hombres. Esto refuerza directamente la brecha salarial y sitúa a las mujeres en una posición de vulnerabilidad económica que, como advierten muchas expertas, es clave en contextos de violencia de género y violencia sexual.

Una vez más, aunque parezca que las mujeres acceden y se integran en la Administración Pública en las mismas condiciones que los hombres, no puede asegurarse que, en pleno siglo XXI, hayan desparecido todos los obstáculos que condicionan claramente la carrera profesional de la mujer. Tampoco que se ha conseguido la conciliación plena de la vida profesional, personal y familiar en igualdad de condiciones con los hombres.

Hay que tener en cuenta que no se ha logrado en el sector público subvertir la discriminación laboral entre hombres y mujeres, tampoco la discriminación horizontal o segregación ocupacional de unos y otras, la mayor precariedad femenina, la brecha salarial o la dificultad en el acceso de la mujer a los puestos de dirección y poder dentro de las organizaciones.

Por eso, tenemos que seguir luchando por la eliminación de la discriminación sexual en el trabajo. La dificultad sistémica en la conciliación laboral aboca a las mujeres a las reducciones de jornada, de salario y a la temporalidad, condenándolas al suelo pegajoso que afecta finalmente a las pensiones.

El próximo 8 de marzo nos movilizamos una vez más en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Este año, ponemos en el centro la lucha contra la explotación de los cuidados, pilar invisible del sistema capitalista y patriarcal. Sin nosotras, sin nuestro trabajo, la vida se paraliza.

Los cuidados son un conflicto laboral: el 90% del trabajo de cuidados recae sobre mujeres y personas de identidades feminizadas. Si este trabajo fuera valorado, representaría un 40% del PIB, costos que el Estado y el sistema capitalista no están dispuestos a asumir, empujándonos a hacerlo gratis o casi, muchas veces en condiciones de explotación, sin derechos ni contratos. Queremos denunciar a quienes se lucran de esta precariedad: ETT’s,, grandess corporaciones, administraciones públicas y residencias.

¡Se acabó ser invisibles y precarias!

¡Nos vemos en las calles!

Acude el sábado 8 a las 18:00 al Paraninfo de la Universidad 

Salud.